Cuaresma2024

Oraciones para diversas ocasiones  3 2 Oraciones para diversas ocasiones nueva forma de vida. En su luz, que él da libremente a través de la oración, el bautismo, la penitencia y la Eucaristía, vemos la luz. El malvado escucha en su interior un oráculo del pecado: «No tengo miedo a Dios, ni en su presencia». Porque se hace la ilusión de que su culpa no será descubierta ni aborrecida. Las palabras de su boca son maldad y traición, renuncia a ser sensato y a obrar bien; acostado medita el crimen, se obstina en el mal camino, no rechaza la maldad. Señor, tu misericordia llega al cielo, tu fidelidad hasta las nubes; tu justicia hasta las altas cordilleras, tus sentencias son como el océano inmenso. Tú socorres a hombres y animales, ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios! los humanos se acogen a las sombras de tus alas; se nutren de lo sabroso de tu casa, les das a beber del torrente de tus delicias: porque en ti está la fuente viva y tu luz nos hace ver la luz. Prolonga tu misericordia con los que te reconocen, tu justicia, con los rectos de corazón; que no me pisotee el pie del soberbio, que no me eche fuera la mano del malvado. Han fracasado los malhechores, derribados, no se pueden levantar. Oraciones para diversas ocasiones Oración para pedir la conversión del corazón Himno Corazón de Jesucristo, abierto por mi amor, ¿hasta cuándo voy a estar así? Corazón de Jesucristo, nido de dolor y de amor, acuérdate de mí. Tú que sabes lo que soy, tú que sabes lo que fui, compadécete de mí. Corazón de Jesucristo, abierto por mi amor, vuelve hoy tu mirada hacia mí. Estoy muerto y nadie queda ya a mi alrededor, acuérdate de mí, solo a ti te tengo ahora cuando el esplendor se apagó y se fueron de aquí. Corazón de Jesucristo, hambriento de mi amor, ¿hasta cuándo voy a ser así? Corazón de Jesucristo, fuente de perdón, vuelve hoy tu mirada hacia mí. Amén. Salmo 35,2-10 La ceguera del corazón es el mayor obstáculo para la transformación de la vida. La conversión cuaresmal comienza cuando reconocemos nuestra necesidad de él. Puede ser aterrador ver y reconocer nuestros fracasos, pero ningún pecado es tan repugnante para que Dios se aparte de quien sinceramente busca un cambio de corazón, el perdón, y una

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